“Dónde quiera que el ser parezca estar, no está… el ser sólo puede ser encontrado de la manera más improbable, a través de la aceptación del no-ser y de una jornada a través del vacío.” Claudio Naranjo
El sistema del Eneagrama describe nueve tipos de personalidad distintos llamados Eneatipos y sus interrelaciones, asociadas a esta figura. La idea básica es que existen nueve tipos o personalidades arquetípicas con sus estrategias básicas para tratar sus asuntos, y que estas personalidades, según estén frustradas o en un estado proactivo, se integran o desintegran unas en otras. Es decir, una personalidad arquetípica puede degenerar o aproximarse hacia los rasgos de otro tipo de personalidad arquetípica según su grado de frustración o proactividad. En un sentido podemos hablar de «patologías» o «desórdenes de la personalidad» que se explican en cada Eneatipo.
Cada tipo de personalidad del Eneagrama está basado en un patrón de identificación sobre hacía dónde se dirige la atención de la persona. Aprendiendo sobre el tipo de cosas a las que uno atiende y dedica energía habitualmente, se puede tener una observación sobre sí mismo de forma más precisa y desarrollar más conocimiento sobre uno mismo. Mejorando dicho conocimiento, con la ayuda del Eneagrama, se puede ejercer mayor elección sobre el comportamiento en lugar de entrar en patrones de pensamiento, emoción y reacciones automáticas, rutinarias e inconscientes.
Claudio Naranjo escribe: «…es muy relevante hablar de patologías porque, en cierto modo, la distinción entre lo sano y lo patológico es más convencional que real. Dicho de otra manera: más aparente que profunda y más cuantitativa que cualitativa. Si bien en cada uno de los tipos de personalidad se puede reconocer a personas con distintos niveles de patología versus integración -de la psicosis, pasando por la neurosis, a los diversos grados de evolución hacia la santidad (una condición de trascendencia del ego)-, es también cierto que el estilo de personalidad de los «sanos» o «normales» constituye el residuo de una patología.»
Desde la hermenéutica de la publicación de los Caracteres de Teofrasto, discípulo de Aristóteles, el hombre busca la comprensión de una voluntad determinante y misteriosa del conocimiento seguro de su forma de actuar y de su ser. Podemos afirmar que la Psicología de los Eneatipos, en sus raíces históricas, remite hacia ese conocimiento originario de las tipologías humanas.
Oscar Ichazo durante un período de prácticas y ejercicios orientados de la tradición descubierta por Gurgdjieff, fue quién presentó el mapa de los nueve puntos, el Eneagrama, a Claudio Naranjo, a través de lo que él llamaba el Proto-análisis, y que se reveló como la llave para la abertura y el desarrollo de la Psicología de los Eneatipos.
Al presentarnos el “Eneagrama de la Personalidad” como un gran aporte al estudio de las tipologías, Naranjo actualiza ese conocimiento milenario al resignificar la comprensión de la acción humana como una actuación determinada por las estrategias desarrolladas en la infancia, para obtener atención, reconocimiento y amor.
Naranjo nos va a hablar en términos del “ser” o “sentido de ser” en vez de “ego” o “auto-identidad” para la esencia de la persona saludable, y de “deficiencia o oscurecimiento óntico” para la esencia de la neurosis.
Téngase presente que las categorías son convencionales y no deben tomarse literalmente. Las líneas del diagrama indican las formas en las que los nueve tipos de personalidad humana, Eneatipos, están conectados en un sentido que se especifica en las siguientes secciones.
Descripción general de los 9 Eneatipos:
Eneatipo 1. Son personas perfeccionistas y en la búsqueda de la perfección pueden tener ira interior que intentan no exteriorizar, pues no la consideran una cualidad perfecta. Son muy detallistas, ordenados. Suelen hablar en términos de bien / mal. En su estado más sano, son tolerantes y muy éticos. Son muy juiciosos, y comprometidos.
Eneatipo 2. Son personas cuya atención está puesta en los demás y en sus necesidades y en cómo ayudarlos. Esto puede llevarlos a tener bastante “orgullo”, pues este es el tipo de personalidad que requiere sentirse necesitada. No están tan enfocados en sus propias necesidades, que suelen postergar por los otros, pero interiormente esperan agradecimiento a cambio. En su estado más sano, son realmente altruistas.
Eneatipo 3. Son personas pendientes de su imagen y del éxito. Son muy laboriosos y trabajadores, muy efectivos y también individualistas. Por su eficiencia y gran actividad pueden poseer una amplia vanidad. Están muy identificados con su trabajo y suelen conseguir lo que se proponen, sobresaliendo en ello, y también a veces usando la mentira. En su estado más sano, son sinceros y muy productivos.
Eneatipo 4. Son personas con intereses artísticos profundos y una sensibilidad muy especial y particular. Se consideran a sí mismos distintos a los demás con quienes no suelen identificarse fácilmente o sentirse comprendidos. Necesitan destacar entre la multitud. Pueden caer en la envidia. Pueden creer que nunca tendrán aquello de lo que carecen y quedarse enganchados al pasado. En su estado más sano son muy empáticos y creativos.
Eneatipo 5. Son personas con intereses científicos de gran profundidad. Son muy ascetas. Son los observadores por antonomasia y suelen ser bastante objetivos. Se caracterizan por la avaricia, porque no saldrán de su introspección hasta no sentirse completamente seguros de su conocimiento sobre el exterior. Son muy autosuficientes y no suelen hablar de sus sentimientos. Son muy claros y comprenden con gran facilidad. En su estado más sano son desapegados y generosos.
Eneatipo 6. Hay dos tipos de Seis que se podrían denominar «fóbicos» y «contrafóbico». Sus reacciones al experimentar ansiedad o temor son externamente tan contrarias que parecerían puntos diferentes dentro del Eneagrama. Cuando los Seis fóbicos se dan cuenta del peligro, se encogen. Pueden actuar cautelosamente, dóciles o ambivalentes para evitar el potencial ataque. Cuando los Seis contrafóbicos se dan cuenta del peligro, a menudo lo provocan deliberadamente actuando de forma abierta y agresiva, deseando ocuparse del problema antes de que él se ocupe de ellos. Los Seis fóbicos pueden ser encantadores, modestos y sumisos mientras que los contrafóbicos pueden parecer duros, desafiantes y pendencieros. Algunos Seis son completamente fóbicos o contrafóbicos, pero la mayoría existen a lo largo de un continuo dónde son más de lo uno que de lo otro. Suelen ser muy fieles y leales. Son excelentes asistentes y amigos. A la vez pueden estar cargados de miedos e imaginarse los peores escenarios. Necesitan de la autoridad o de un guía o al mismo tiempo pueden llegar a huir de ella. A veces parecieran mostrarse muy seguros y autoconfiados pero interiormente prevalecen la duda y los miedos. Son buenos amigos. En su estado más sano, son valientes y muy buenos compañeros.
Eneatipo 7. Son los epicúreos, atraídos por el placer y llenos de alegría y ganas de disfrutar. Son muy entretenidos, suelen llenarse de planes con mucho entusiasmo y, cuando se aburren, los dejan. Pueden huir del presente y no hacerse cargo de sus compromisos a largo plazo, de situaciones dolorosas o de su propio sufrimiento. Como no se quieren perder nada, no profundizan tampoco en nada. En su estado más sano son muy animadores y capaces de disfrutar del presente como nadie.
Eneatipo 8. Son los justicieros. Se guían por un sentido de la justicia y la injusticia que puede hacerles reaccionar fervientemente. Pueden llegar a caer en la lujuria o en los excesos, así como en el autoritarismo. Son líderes natos pues poseen mucha autoconfianza. Van por la vida necesitando ser fuertes y prevalecer sobre las circunstancias. Tienen fuerte personalidad y se posicionan como defensores de “los suyos”. En su estado más sano son protectores y ayudan al otro de forma magnánima.
Eneatipo 9. Son personas pacificadoras y mediadoras. No les gusta el conflicto, del que con frecuencia huyen. Pueden caer en la pereza. Se mimetizan con el entorno y les cuesta mucho expresar sus necesidades. Entienden todas las opciones y es muy difícil discutir con ellos pues no dan lugar a la discusión. Son tranquilos, serenos y calmos. En su estado más sano son muy buenos mediadores y consiguen calmar los extremismos.
El símbolo del Eneagrama es el resultado de combinar el círculo, el triángulo equilátero y el hexagrama.
Referencias:
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