Se cuenta que un hombre había caído enfermo y estaba sumido en la pobreza cuando fue alojado amablemente por un posadero. Antes de morir, dibujó unos cuantos signos misteriosos (seguramente, el pentáculo) sobre la puerta de la posada y dijo al dueño: «No os preocupéis, que alguno de mis hermanos saldará mis deudas». Al cabo de un año pasó por allí un desconocido que vio los signos y le dijo al dueño: «Soy pitagórico y aquí murió uno de mis hermanos; decidme cuánto os debo en su nombre» , el vínculo de hermandad que unía a los miembros de la escuela pitagórica era muy fuerte.
La asociación pitagórica original puede ser llamada comunidad religiosa, puesto que probablemente tenía un elemento central religioso en el culto de Apolo, y en cuanto su fin último era la purificación de la vida presente con vista a la vida futura que esperaban.
Como se mencionó en el artículo sobre Pitágoras, para los pitagóricos se consideraba fundamental, para llegar a un conocimiento racional de Dios, el hombre o la naturaleza estudiar geometría, música y astronomía, y ejerció una gran influencia durante el siglo IV antes de nuestra era. Al absolutizar la abstracción de la cantidad y separar esta última de las cosas materiales, los pitagóricos llegaron a la conclusión de que las relaciones cuantitativas son la esencia de las cosas. Sobre esta base crecieron el simbolismo matemático pitagórico y la mística de los números, rebosante de supersticiones, que se conjugaba con la fe de Pitágoras en el traslado de las almas. Con el desarrollo de la escuela era cada vez más fuerte su tendencia idealista y mística. 500 años más tarde, en la época del decaimiento de la sociedad esclavista antigua, la mística pitagórica de los números fue asimilada y resucitada por el neoplatonismo y el neopitagorismo.
Aspecto místico de la doctrina pitagórica:
– La transmigración de las almas:
Se puede admitir que Pitágoras aceptó la doctrina de la metempsicosis. El renacimiento religioso había devuelto a la vida la vieja idea del poder del alma y de que su vigor perdura tras la muerte, en contra de la concepción homérica de las sombras de los difuntos como incapaces de articular palabra.
– Parentesco de todos los seres vivos:
El alma va tomando los más distintos cuerpos de todas las cosas que hay en el cosmos. Pero el alma tiene en su mano el decidir la clase de cuerpo en el que va a introducirse, y que puede ser el cuerpo de una bestia o de un dios.
– Reglas de abstinencia y otras prohibiciones:
La metamorfosis del alma se realiza por necesidad, pero es también un camino de la libre decisión del hombre. Al puro se le da una encarnación en lo puro, y al impuro en lo impuro. Es tarea del hombre comportarse de tal modo que, al abandonar la vida terrena, pueda esperar, volver a nacer en una forma más elevada. De este modo el concepto de pureza es una pieza maestra de la vida pitagórica.
La práctica del silencio, la influencia de la música y el estudio de las matemáticas se consideran valiosas ayudas para la formación del alma. Sin embargo, varias de estas prácticas tuvieron un carácter meramente externo. Pitágoras prohibió comer carne, tal prohibición se debería probablemente a la doctrina de la metempsicosis, o estaría, por lo menos, en conexión con ella, también creía que la carne nublaba la facultad de razonamiento. Si bien no condenaba su ingesta, él mismo no se abstenía por completo de ella, decía que los jueces debían de abstenerse de comer carne antes de un juicio, para que los que compareciesen ante ellos recibieran las decisiones más honestas y acertadas. También estaría la prohibición de ofrecer sacrificios sangrientos a la divinidad. El vegetarianismo en la antigüedad tiene su origen en el pitagorismo. También se prohíbe degustar vino, habas, laurel… además existen listas transmitidas de preceptos como “no te dejes poseer por una risa incontenible” o “no creas nada extraño sobre los dioses o sobre las creencias religiosas”.
– La idea de dios:
Protesta contra la imagen de los dioses trazada por la mitología. Es el comienzo de una época nueva en la religión griega. Enseña la existencia de un único Dios que mantiene el mundo unido en la justicia. Este Dios no piensa de manera humana ni tiene forma humana. Su cuerpo es una esfera y la divinidad se manifiesta en el movimiento circular del fuego de los astros.
Tras la muerte de Pitágoras parece que su escuela se dividió en dos sectas, una, la de los llamados “acusmáticos” o “pitagóricos”, mantuvo el aspecto místico de sus doctrinas, mientras que la otra, la de los “matemáticos” se ciñó al campo científico.
Pitagóricos en la ciencia
Como dice Aristóteles: los pitagóricos se dedicaron a las matemáticas, fueron los primeros que hicieron progresar este estudio y, habiéndose formado en él pensaron que sus principios eran los de todas las cosas. Tenían el entusiasmo propio de los primeros estudiosos de una ciencia en pleno progreso, y cultivaron la importancia del número en el cosmos: todas las cosas son numerables, y muchas las podemos expresar numéricamente. Así la relación entre dos cosas relacionadas se puede expresar por una proporción numérica; el orden existente en una cantidad de sujetos ordenados se puede expresar mediante números, y así sucesivamente.
También se manifiesta la formación de una especial escuela médica pitagórica.
Debemos a los pitagóricos el perfeccionamiento del álgebra y de la aritmética, la clasificación de los poliedros regulares, el teorema de Pitágoras y su corolario, la inconmensurabilidad de la diagonal y del lado de un cuadrado, la doctrina de “armonía de las esferas”, trataron de definir los números perfectos, aquellos que son iguales a la suma de sus divisores, idearon una teoría del universo.
La costumbre de representar los números o relacionarlos con la geometría ayuda a comprender por qué los pitagóricos consideraban las cosas como números y no sólo como numerables: transferían sus concepciones matemáticas al orden de la realidad material.
Evidentemente, tal doctrina no es de fácil comprensión. Se hace difícil decir que todas las cosas son números, entonces, ¿qué entendían por ello los pitagóricos? En primer lugar, habrá que entender qué entendían por números o qué es lo que pensaban acerca de los números. Aristóteles nos informa que “los pitagóricos sostenían que los elementos del número son lo par y lo impar, y que, de estos elementos, el primero es ilimitado y el segundo limitado; la unidad, el uno procede de ambos (pues es a la vez par e impar), y el número procede del uno; y el cielo todo, es números”. Los pitagóricos consideraron los números de manera espacial. La unidad es el punto, el dos es la línea, el tres la superficie, el cuatro el volumen (así se forma la Tetraktys). Decir que todas las cosas son números significa que “todos los cuerpos constan de puntos o unidades en el espacio, los cuales, cuando se los toma en conjunto, constituyen un número. La Tetraktys, figura que tenían por sagrada, indica que los pitagóricos consideraban así los números. Esta figura demuestra que el 10 resulta de sumar 1+2+3+4, o sea, que es la suma de los cuatro primero números enteros. Por ella hacían el juramento transmitido como pitagórico, hecho en nombre de Pitágoras mismo, pero sin nombrarlo, “por quién transmitió a nuestra alma la Tetraktys”. La Tetraktys es el número perfecto y la clave de la doctrina pitagórica. Es posible que jugase también un papel en los distintos grados de la metamorfosis del alma.
Referencias
“Pythagoras and the Delphic Mysteries”, Edouard Schuré.
“Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”, Manly P. Hall.
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