La belleza es aquello «que, por la perfección de sus formas, complace a la vista o al oído y, por extensión, al espíritu.»[1]Diccionario de la Real Academia Española., es aquello que es notable por su forma y está complace a los sentidos.
¿La belleza radica en el ojo que la ve?
Sí y no. La belleza depende de ciertos factores como la claridad, la simetría y la completitud.
…de tres cosas depende la belleza: en primer lugar, de la integridad o perfección, y por eso consideramos feo lo que está incompleto; luego, de la justa proporción, o sea de la consonancia; por último, de la claridad y la luz, y, en efecto, decimos que son bellas las cosas de colores nítidos. Y como la contemplación de la belleza entraña la paz, y para nuestro apetito lo mismo es sosegarse en la paz, en el bien o en la belleza, me sentí invadido por una sensación muy placentera y pensé en lo agradable que debería ser trabajar en aquel sitio.
Umberto Eco, “El nombre de la rosa“
Claridad: este punto puede ser por un tema evolutivo: en las primeras etapas del ser humano saber identificar los fenómenos naturales era vital para la supervivencia. Evaluar el entorno mediante los colores era necesario, ya que permitió reaccionar velozmente ante el peligro.
Por ejemplo: las nubes “cargadas”, una fruta podrida o el agua estancada, en cada caso el tono claro que tienen se vuelve oscuro señalando que puede traer problemas.
Simetría: desde que el hombre comenzó a fabricar sus herramientas ha utilizado un patrón de simetría en las mismas, en los inicios de la civilización podemos observar que la simetría es el punto esencial del desarrollo del arte o de aquello que nos atrae. Los patrones simétricos generalmente utilizados son los fractales, la proporción áurea y la secuencia Fibonacci. La naturaleza crece de manera simétrica, nos da la impresión de que cada cosa está dónde y cómo debe de estar.
Completitud o integridad[2]Que no carece de ninguna de sus partes.: cualidad de completo, y lo completo es lo acabado o perfecto. Entonces hablamos de aquellas cosas que están finalizadas, terminadas o que tienen integridad en cuanto a su forma.
La belleza entonces es aquello que tiene estas tres cualidades y que es capaz de provocar un placer sensorial, intelectual o espiritual. Existe entonces un común denominador al momento de decir si algo es bello o no lo es, aunque también se puede decir que la belleza es subjetiva y varía dependiendo el tiempo, la región y las preferencias de las personas. Se han hechos experimentos e investigaciones sobre este tema con personas adultas en dónde se les ponen a ver pinturas que evocan sentimientos de tristeza o simpatía dependiendo la estética de la misma. Incluso ha habido pinturas donde, al ser tan vívida la imagen, las personas han mencionado que la pintura les hizo “oler y escuchar las olas del mar” o “casi puedo sentir el frío que hace que las pobres criaturas se encojan”.
¿Cuál es su efecto?
La profesora clínica de psicología en la Escuela de Medicina de Harvard, Nancy L. Etcoff[3]Profesora en la Universidad de Harvard y Directora del Programa de Estética y Bienestar en el Hospital General de Massachusetts., investiga las posibilidades de aplicar la ciencia del cerebro al estudio del arte. Sostiene que la apreciación del arte y la belleza, y emociones positivas como la felicidad, la calma, la gratitud, el asombro y el alivio, ayudan a reducir niveles de estrés y eso hace que los pacientes hospitalarios logren recuperarse más rápido.
La belleza es uno de los placeres básicos de la vida, por ello las flores, la arquitectura, los espacios agradables y el arte son esenciales para generar emociones favorables para la felicidad.
Etcoff dice que la belleza tiene que ver con la activación de dos sistemas en el cerebro que normalmente están separados. Esta activación simultánea ocurre cuando las personas se sienten “conmovidas” por el arte. Mientras que el enfoque de la persona se dirige a un estímulo externo específico (la obra de arte), la red de modo predeterminado, que normalmente está activa cuando la atención no se dirige a un estímulo, consiste en “divagar la mente“ e implica pensamientos sobre el yo, la memoria, y futuro, este sistema también se activa. En otras palabras, el arte despierta una respuesta extremadamente compleja de todo el cerebro que pone en juego muchos aspectos generalmente dispares de la mente.
Por lo general, son los filósofos o los artistas los que siempre hablan de la belleza en abstracto, pero la ciencia ha demostrado que los objetos con patrones de simetría, colores nítidos y en su forma completa, son lo que hacen que veamos a algo con belleza; ya que eso es muy familiar para nuestro cerebro en los sentidos de seguridad, salud, nutrición y supervivencia que tuvo en los tiempos del inicio de la civilización. La experiencia estética de la belleza tiene un profundo efecto en el cerebro, y por ello Semir Zeki, profesor de neuroestética en el Colegio Universitario de Londres cree que se puede cuantificar la experiencia de la belleza: “la actividad en la corteza prefrontal medial es más fuerte cuando piensas que algo es más hermoso.”
Zeki es consciente del hecho de que las personas a menudo encuentran más belleza en una obra de arte cuanto más se exponen a ella. Por esta razón, rara vez se estudia el cerebro de los artistas consumados. “Cuando hablas, escribes y estudias arte, nunca debes discutirlo con artistas, músicos, historiadores del arte o filósofos porque saben demasiado”, dijo Zeki. “Lo estamos estudiando a un nivel elemental simple: me interesa la función básica y la organización del cerebro en las percepciones de la persona común”.
La percepción de la belleza se puede dividir en dos partes: en la herencia biológica y la cultural. Zeki brinda dos ejemplos: si tomamos a una hermosa mujer de Japón, hay muchas posibilidades de que se perciba igual de hermosa en Inglaterra. Una persona que consideramos hermosa es hermosa donde quiera que vayamos. Por otro lado, un musulmán puede pensar que una mezquita es más hermosa que una catedral católica porque ha adquirido más significado para él, pero ese es un rasgo heredado de manera cultural, no de manera biológica.
El entorno natural tuvo un efecto maravilloso en la mente y el alma de los seres humanos. El medio ambiente hace que la vida sea más fresca y la relación con este puede desempeñar un papel importante en la salud y la emoción agradable de los seres humanos. En realidad, en la relación del entorno con la mentalidad tiene grandes efectos en las emociones agradables de las personas. Los humanos siempre intentaremos mantenernos en la dirección de la estabilidad y por ello podemos tomar este punto para entender cómo es que funciona la belleza y mantener estos patrones en nuestra vida cotidiana, dentro nuestros hogares.
La relación que tiene con la felicidad, la explicare en otro post.
Referencias:
High handaxe symmetry at the beginning of the European Acheulian: The data from la Noira (France) in context., Inbal Tuvi-Arad,Marie-Hélène Moncel,Jackie Despriée,Pierre Voinchet,Jean-Jacques Bahain.
Beauty and the Brain: The Emerging Field of Neuroaesthetics, Faith A. Pak and Ethan B. Reichsman.
The Experimental Psychology of Beauty, C.W. Valentine.
2 Comments
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