Triadas
En la organización del Eneagrama se conforman Tres Triadas o grupos de tres eneatipos. Cada triada comparte hábitos emocionales y puntos de vista generales.
Esta primera agrupación de tipos se fundamenta en los tres componentes básicos de la psique humana: instinto, sentimiento y pensamiento. Según la teoría del Eneagrama, estas tres funciones están relacionadas con «centros» sutiles del cuerpo humano, y la personalidad se fija principalmente en uno de esos centros. Los tipos Ocho, Nueve y Uno constituyen la triada visceral o instintiva; los tipos Dos, Tres y Cuatro forman la triada emocional; y los tipos Cinco, Seis y Siete conforman la triada mental.
Las triadas son importantes para el trabajo de desarrollo porque especifican donde está nuestro principal desequilibrio; representan los tres principales grupos de problemas y defensas de nuestra estructura y revelan las principales maneras en que contraemos nuestras percepción consciente (observador interno) y nos limitamos. También podemos ver cómo estas tres triadas se organizan en base a tres necesidades básicas. La adecuada satisfacción de las necesidades básicas es sumamente importante para un desarrollo sano y ninguna de estas necesidades es “mejor” o más “valiosa” que las otras dos.
El Eneagrama afirma que en el pasado una de estas tres necesidades se convirtió de manera especial en un “problema” para el niño. A partir de este “problema” se desarrolló el patrón de carácter correspondiente, como una “solución de emergencia“, como un remedio para lo que se vivía en esos momentos. Las tres necesidades básicas son:
- La necesidad de autonomía. Tener una clara sensación del “Yo”, autoafirmarse e imponerse. Defenderse contra ataques al “territorio propio”. Sentir impulsos vitales de movimiento y vivirlos. Responder espontáneamente con reacciones instintivas “desde la tripa” a las situaciones exteriores. La pregunta que surge de esta necesidad es ¿Quién soy yo, quién eres tú? ¿Cuál es el espacio que me corresponde y cuál te corresponde a ti?.
- La necesidad de relación. Sentirse querido y querer. Cuidar la amistad, la asistencia, la preocupación por los demás. Son importantes la comprensión mutua y un “buen contacto”. Se recalca la importancia de pertenecer a una familia, a un grupo. Esta necesidad del “corazón” crea una pregunta: ¿Con quién tengo qué relación, cómo es nuestra comunicación?.
- La necesidad de orientación y seguridad. Sentirse seguro en el lugar en que se está. Conocer bien el sitio. Tener perspectiva de las cosas. Son importantes la claridad y la confianza. Sentidos despiertos para detectar el ambiente. De esta necesidad surge la pregunta: ¿Dónde estoy realmente? ¿Este es un lugar seguro para mí?.
Las tres triadas del Eneagrama:
Triada emocional: 2 – 3 – 4
Triada mental: 5 – 6 – 7
Triada instintiva: 1 – 8 – 9
Triada emocional
2 – 3 – 4
Los tres eneatipos de esta triada se interesan mucho por su imagen. Considera que las historia sobre ellos y sus supuestas cualidades son su verdadera identidad (hay un fondo de muchísima vergüenza).
Ellos confunden quiénes son con lo que aparentan ser ante los demás. Llegan a confundir realmente quiénes son y quienes aparentan ser. Tienden a rechazar cómo se sienten realmente, en favor de cómo se supone deben sentirse (según el rol que estén ejecutando).
Aunque pueda parecer que estos eneatipos emocionales son diestros en los campos emocionales como “la pareja”, en realidad, es lo contrario: su mayor dificultad les surge en los asuntos del corazón.
Esto sucede porque ellos tienen tendencia a no escuchar sus sentimientos y en vez de ello, tienden a idealizar y a representar los sentimientos que se supone que deberían tener en la situación en la que están.
En el origen de los eneatipos Dos, Tres y Cuatros suelen encontrarse niños que fueron malinterpretados, ya sean elogiados o criticados, con demasiado énfasis por su comportamiento externo. De este modo se valoró más al niño por quién representaba ser que por quien era en realidad. Ya adultos, los eneatipos de esta triada tienden a rechazar sus verdaderos sentimientos por la imagen que consideran que se espera de ellos.
· El eneatipo Dos tienden a desempeñar el papel de salvadores y reprimen sus necesidades.
· El eneatipo Tres tienden a “vender” una imagen de persona confiable y exitosa (es lo contrario de como se sienten).
· El eneatipo Cuatro tienden a tener un mal concepto de sí mismos e intentan compensar sus supuestas carencias interpretando personaje único y especial.
Los eneatipos de esta triada consideran que para ser amados por lo que son, deben fingir ser lo que no son.
Triada mental
5 – 6 – 7
Los tres eneatipos pertenecientes a esta triada tienden a padecer sensaciones de ansiedad e inseguridad, porque les preocupa más el futuro y la búsqueda de seguridad y tranquilidad, que el presente o el pasado.
Estos eneatipos de personalidad padecen una mente inquieta y parlanchina a la que intentan acallar. Cuando estos se bloquean sienten mucho miedo e inseguridades. Tienden a la ansiedad y se entregan a comportamientos que creen que van a mejorar su seguridad. Bajo su personalidad existe muchísimo miedo.
A diferencia de la triada emocional, los eneatipos de la triada mental no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en vez de eso, reaccionan desde el miedo al anticipar inconscientemente los peligros de la vida.
Esta triada tiende a padecer dificultades para tomar la acción de forma asertiva y congruente. Suelen estar peleando con sus cabezas y sobreutilizando sus mentes para intentar compensar la represión de sus instintos físicos.
Les cuesta decidirse a pasar a la acción y su carácter dubitativo puede generar una especie de nudo en la voluntad.
El dilema que tienen los eneatipos de la triada del pensamiento es sobre su capacidad para manejar desafíos. Como compensación a esta problemática, tienden a proyectarse en el futuro y evalúan los posibles riesgos que encontrarán allí. Es como si siempre se estuviesen preparándose para futuros contratiempos.
Mientras que la triada de la emoción se preocupa de su identidad, la triada del pensamiento se preocupa de su competencia. Su pregunta inconsciente ya no es: «¿Quién soy yo?» sino: «¿Soy capaz? ¿De veras puedo hacer esto?»
Estos eneatipos pensativos tienen una mayor tendencia a pensar que a hacer, porque quieren tenerlo todo controlado cuando hagan lo que se proponen. Pero de tanto analizar los posibles errores que pueden suceder, terminan por no sentirse seguros y no realizar la acción; dudan mucho. Se podría decir que piensan más que hacen.
El desafío para estos caracteres es integrar su poder y asumir la responsabilidad de sus acciones. En la medida que estos caracteres crecen interiormente (crecimiento personal) empiezan a contactar con su instinto y a tomar sus decisiones libremente.
Triada instintiva
1 – 8 – 9
Los eneatipos de personalidad Ocho, Nueve y Uno se han formado en torno a la inteligencia del cuerpo (instinto).
Son más cenestésicos (perceptivos corporales) y auditivos que visuales. Suelen percibir cómo se sienten y a percibir las sensaciones corporales. Estas sensaciones les guían para pasar a la acción antes de elaborarlas cognitivamente. Así, normalmente no tienen mayor dificultad para pasar a la acción. En ocasiones es habitual que reaccionen desde la rabia. Es típico que muestren una mayor dificultad en el campo de la razón y pueden experimentar a menudo una especie de nublamiento mental.
Los eneatipos de personalidad de esta triada procuran resistirse a la realidad y tienden a tener problemas de agresividad y de represión (bajo las defensas de la personalidad llevan muchísima ira).
Los tres eneatipos de esta triada tienden a sentirse invisibles en la sociedad y enojados, pero reaccionan diferentes a ello:
· El eneatipo Ocho puede hacer notar su presencia de alguna forma imposible de no notar para corregir la injusticia de ser pasado por alto.
· El eneatipo Nueve puede resignarse y dedicarse a hacer lo que se espera de él, enterrando su rabia o expresándola indirectamente.
· El eneatipo Uno, puede canalizar su enfado en preocupación por el orden.
Aunque ven el mundo con bastante nitidez, suelen tener una visión interna distorsionada hacia sus propias necesidades. Tienden al pensamiento polar y pueden reducir situaciones complejas al planteamiento de «todo o nada».
· El eneatipo Ocho tiende a polarizarse para sentirse fuerte («estás conmigo o estás contra mí»).
· El eneatipo Nueve puede sentirse atrapado entre dos opciones opuestas sin que ninguna importe de verdad.
· El eneatipo Uno retuerce su pensamiento mediante la reducción de la realidad a sobresimplificaciones de eneatipo “blanco o negro”.
Estos tres eneatipos tienden a difuminar sus emociones convirtiéndolas en sensaciones físicas. Son más conscientes de las sensaciones físicas de que las emociones. Por ejemplo, en vez de decir “Estoy enfadado” podrían decir “Me arde la piel”. Cada eneatipo tiende a convertir la energía de una forma particular:
· El eneatipo Ocho suele convertir sus emociones en lujuria sexual y energía física.
· El eneatipo Nueve suele convertir sus emociones en salpullidos de la piel, dolores de cabeza, somnolencia o problemas en los ojos.
· El eneatipo Uno suele convertir sus emociones en tensión en el cuerpo y rigidez.
Los tres eneatipos de esta triada suelen haber crecido sintiéndose pasados por alto y pueden haber experimentado su mundo temprano como indiferente y un sitio donde no tenían lugar. Posiblemente se sintieron invisibles e ignorados. De adultos tienden a no escuchar sus necesidades y a ponerse invisibles para los otros. Ante esta conducta de borrarse a sí mismos tienden a reaccionar de la siguiente manera:
· El eneatipo Ocho compensa exagerando su presencia.
· El eneatipo Nueve se centra en adaptarse, y acomodarse al medio ambiente.
· El eneatipo Uno pone su atención en lo que «debería hacerse» y relega sus necesidades olvidándose de lo que desea realmente.
La herida primigenia que comparten estos estilos es a su sentido del ser; es una pérdida del reconocimiento personal, heridos por el desdén.
El desafío general para los eneatipos de esta triada es tomar conciencia de sus necesidades y enfocarse en sus prioridades personales.
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